Ser padres no es fácil, pero aprender a gestionarnos marca la diferencia
- Isabel León

- 20 sept
- 1 Min. de lectura
Ser padre o madre es un reto diario. No existen manuales universales: cada niño y cada familia son únicos, y lo hacemos lo mejor que podemos en cada circunstancia.
Algunas veces sentimos que lo estamos logrando, y otras nos sobrepasa la realidad. A las exigencias de la crianza se suman el estrés del trabajo, las tareas del hogar, las múltiples responsabilidades y la montaña rusa de emociones. Y cuando en la familia hay un niño o niña con autismo, hiperactividad o déficit de atención, la gestión emocional se convierte en un desafío aún mayor.
La clave está en aprender a gestionarnos como adultos
Nuestra estabilidad emocional es fundamental. Desarrollar habilidades que mejoren nuestra calidad de vida y la de nuestra familia no es solo una opción: es una necesidad.
En este proceso, la calma se convierte en la habilidad más importante.Pero, ¿cómo alcanzarla? La calma se entrena, y el primer paso es cultivar la paciencia.
Primeros pasos para entrenar la paciencia
Los niños viven en el presente absoluto, en la impaciencia pura.
Conocerte a ti mism@ te ayudará a desarrollar más paciencia.
Desde el primer momento notarás cambios que impactarán en tu bienestar y en el de tu familia.
Te acompaño en este camino
¿Quieres aprender a gestionarte mejor como adulto?¿Deseas mejorar tu día a día con tus hijos y, en consecuencia, con toda tu familia? Contacta conmigo. Yo te tiendo la mano.




Comentarios