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Ser padres no es fácil, pero aprender a gestionarnos marca la diferencia

Ser padre o madre es un reto diario. No existen manuales universales: cada niño y cada familia son únicos, y lo hacemos lo mejor que podemos en cada circunstancia.


Algunas veces sentimos que lo estamos logrando, y otras nos sobrepasa la realidad. A las exigencias de la crianza se suman el estrés del trabajo, las tareas del hogar, las múltiples responsabilidades y la montaña rusa de emociones. Y cuando en la familia hay un niño o niña con autismo, hiperactividad o déficit de atención, la gestión emocional se convierte en un desafío aún mayor.


La clave está en aprender a gestionarnos como adultos


Nuestra estabilidad emocional es fundamental. Desarrollar habilidades que mejoren nuestra calidad de vida y la de nuestra familia no es solo una opción: es una necesidad.

En este proceso, la calma se convierte en la habilidad más importante.Pero, ¿cómo alcanzarla? La calma se entrena, y el primer paso es cultivar la paciencia.


Primeros pasos para entrenar la paciencia


  • Los niños viven en el presente absoluto, en la impaciencia pura.

  • Conocerte a ti mism@ te ayudará a desarrollar más paciencia.

  • Desde el primer momento notarás cambios que impactarán en tu bienestar y en el de tu familia.


Te acompaño en este camino


¿Quieres aprender a gestionarte mejor como adulto?¿Deseas mejorar tu día a día con tus hijos y, en consecuencia, con toda tu familia? Contacta conmigo. Yo te tiendo la mano.

 
 
 

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